TIPS DE PROTECCIÓN SOLAR PARA NIÑOS
La radiación solar tiene efectos biológicos más pronunciados en la piel de niños que en la de los adultos. Fundamentalmente, antes de los tres años, la piel tiene menor concentración de melanina protectora y un estrato córneo más delgado, lo cual permite que los rayos ultra violeta penetren con mayor profundidad y produzcan así daño solar, inmunosupresión (es decir baja en las defensas) e incluso mutaciones en las células pluripotenciales de la capa basal que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Por esto, tanto niños como padres deben ser educados en foto protección.
A continuación, se presenta las conclusiones y recomendaciones que la evidencia científica propone para tener en cuenta en este aspecto:
- Haber tenido una quemadura en la infancia duplica el riesgo de melanoma en la edad adulta.
- El uso de cámaras bronceadoras aumenta el riesgo de desarrollar carcinoma basocelular en las personas que inician esta práctica a temprana edad con respecto a aquellas que empiezan después de los 25 años.
- Se ha calculado que el uso regular de un protector solar con SPF 15 durante los primeros 18 años, reduce la incidencia de carcinoma escamocelular y basocelular en un 78%.
- Se calcula que los niños y adolescentes pasan diariamente entre una y cinco horas al aire libre y se estima que para los 20 años ya han recibido el 40-50% del total de la dosis de radiación ultravioleta correspondiente a la acumulación obtenida hasta los 60 años.
- Por lo anterior, prevenir el enrojecimiento y las quemaduras en la niñez ayuda a minimizar el desarrollo de foto daño y foto carcinogénesis más adelante en la vida.
Ahora bien, para niños mayores de 6 meses, es recomendable:
- Modificar comportamientos relacionados con la exposición solar: buscar la sombra, usar ropa cubierta, sombrero y gafas.
- Educar sobre la función del protector solar, la cual minimiza el daño inducido por el sol, NO se debe usar para aumentar el tiempo de exposición solar.
- Usar un protector solar de amplio espectro, resistente al agua, con SPF de 30 o mayor, idealmente con filtros inorgánicos los cuales causan menor irritación. La mayoría de los protectores solares etiquetados “para niños” cumplen estas características, aunque es ideal que sea formulado por un dermatólogo.
- Se debe aplicar en la cantidad adecuada, es decir, cubrir todas las superficies (incluir orejas, cuello, espalda y manos).
- Se debe aplicar 20 minutos antes de la exposición solar y volver a emplear cada dos horas tras nadar, sudar o secarse.
- La aplicación del protector solar se debe incorporar en la rutina diaria del niño como en la de los adultos.
- Antes de los 6 meses no se recomienda aplicar protector solar pues la piel de los bebés es inmadura y susceptible a la absorción percutánea.
- Se debe desestimular en la adolescencia el uso de cámaras bronceadoras.
Como mamá, sé que resulta difícil aplicarlo a los niños y a veces terminamos corriendo detrás de ellos para hacerlo, pero como siempre les digo a mis pacientes, la mejor forma de enseñarles es con el ejemplo, así que a aplicarnos protector solar habitualmente, para lograr que nuestros hijos terminen, de forma natural, incorporándolo en su rutina diaria.
Luisa Fernanda Galindo
J Am Acad Dermatol. 2017;76:S110-21